En La casa de Pierre (muelle 7), Gruber organiza el lienzo en secciones cromáticas que alternan gamas de azul, verdes aguamarina y grises traslúcidos con áreas casi blancas o de un negro velado. Este método compositivo, que recuerda a un mosaico de paneles, genera una tensión entre la espontaneidad del trazo y la geometría de los cuadros. Entre esos bloques, se distinguen ciertos detalles arquitectónicos: una escalera, ventanas o rejas, elementos que recuerdan muros, ladrillos, cortinas, y en la parte baja del lienzo, una zona que parece reflejar, como una masa de agua, parte de los elementos superiores. El resultado genera una imagen fragmentada, onírica, de un escenario que llama la atención por lo equilibrado de su composición.
A lo largo de su trayectoria, Gruber ha expuesto en ferias internacionales como Basel, Colonia, FIAC y ARCO, y sus obras forman parte de colecciones de referencia, tanto nacionales como internacionales. Instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, Artium (Vitoria), el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria han incorporado obras de Gruber a sus fondos.