Daniel Canogar (1964, Madrid, España), formado en fotografía y artes visuales en la Universidad de Nueva York y el International Center for Photography, ha desarrollado un lenguaje que transforma pantallas, cables y dispositivos electrónicos en metáforas visuales sobre la condición humana. Su práctica combina arte y tecnología utilizando materiales reciclados y algoritmos generativos para crear instalaciones dinámicas y site-specific, explorando cómo lo tecnológico influye en nuestra percepción cotidiana.
Ráfagas (2018) es una instalación generativa que utiliza datos en tiempo real para distorsionar palabras extraídas de cuatro tratados ambientales clave: el Acuerdo de París, el Protocolo de Kioto, el Protocolo de Montreal y la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro. El texto se altera de forma dinámica según los datos del viento en las ciudades donde se firmaron estos tratados, generando una visualización abstracta de la fragilidad de los acuerdos frente a la inestabilidad ambiental.
La obra enfatiza la relación entre lenguaje, tecnología y fenómenos naturales, explorando cómo las condiciones climáticas afectan no solo el entorno físico sino también nuestra comprensión simbólica de los compromisos ecológicos. A través del uso de programación generativa, Canogar crea un flujo visual en constante cambio, donde la tipografía es sometida a fuerzas invisibles que evocan la volatilidad de las condiciones atmosféricas y, por supuesto, políticas.
La trayectoria de Daniel Canogar se ha visto reflejada en numerosas exposiciones individuales y colectivas, así como en ferias internacionales de arte, donde su capacidad para transformar el lenguaje digital en poéticas visuales ha llamado la atención de comisarios, críticos y público especializado.
Ha expuesto en espacios de relevancia global como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) y en citas imprescindibles del circuito artístico como ARCO (Madrid), Art Basel (Basilea) o la feria LOOP (Barcelona). Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas de prestigio, consolidándolo como una figura esencial en el panorama del New Media Art. Gracias a su constante experimentación, Canogar ha contribuido a ampliar los límites del arte contemporáneo, demostrando que las nuevas tecnologías pueden convertirse en potentes vehículos de exploración estética y reflexión social.