• El Museo de Bellas Artes de Bilbao expone la pintura «Guernica» de Agustín Ibarrola con la colaboracion de Fundación Iberdrola España

El Museo de Bellas Artes de Bilbao expone la pintura «Guernica» de Agustín Ibarrola con la colaboracion de Fundación Iberdrola España

El museo ha incorporado recientemente esta obra a su colección

  • PATROCINIOS
  • Museo de Bellas Artes de Bilbao (Bilbao)
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  •  25 octubre 2021

El museo ha incorporado recientemente a su colección la pintura Guernica de Agustín Ibarrola (Bilbao, 1930), un mural de diez metros de largo por dos de alto realizado hacia 1977 como homenaje y reclamación del Guernica (1937) de Pablo Picasso. La obra ha sido adquirida (300.000 €) el pasado mes de junio en la feria ARCO de Madrid a través de la aportación extraordinaria de Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao, patronos institucionales de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao. Obra emblemática del arte vasco y una de las más ambiciosas en la producción del pintor, el Guernica de Ibarrola constituye, además, uno de los episodios más significativos de la trayectoria reciente del museo de Bilbao. Alcanza, por otra parte, el valor de un documento histórico al ser testimonio de una época social y políticamente convulsa -la Transición democrática española- y reflejar la trascendencia del Guernica de Picasso, pintado cuarenta años antes, en el arte contemporáneo.

La exhibición del Guernica de Ibarrola nuevamente en el museo da a conocer al público actual, gracias al apoyo del Programa Divulgación Artística 2021 de Iberdrola, una de las creaciones más importantes del arte vasco del siglo XX, cuya filiación con la historia de la institución propicia la oportunidad de actualizar el conocimiento de la obra y el contexto artístico y social en que fue pintada gracias a la documentación que conservan su archivo y biblioteca. La obra no se había mostrado al público desde la década de los 80 y, desde entonces, había permanecido almacenada en el estudio del artista en su caserío de Oma (Kortezubi, Bizkaia). Se encontraba en buen estado de conservación, por lo que únicamente ha requerido de un tratamiento de conservación preventiva, que ha sido realizado en el taller del museo gracias al Programa Iberdrola-Museo 2021 de Conservación y Restauración.

El Guernica de Ibarrola

Desde su creación, el Guernica de Ibarrola ha estado vinculado a la historia del museo, donde a finales de los 70 se expuso en dos ocasiones en la, entonces recién creada, sala Gris del edificio moderno, muy próxima al lugar en donde ahora, de nuevo, se presenta al público.

En 1977 se dio a conocer instalado en uno de los muros laterales de este espacio, situado en la primera planta del edificio construido por Álvaro Líbano y Ricardo Beascoa en 1970, que fue habilitado como sala de exposiciones en 1975. La segunda vez formó parte de un montaje museográfico diseñado por el propio artista, en el que incluía obras de gran formato y de carácter reivindicativo junto con otras de lenguaje geométrico y abstracto. Guernica se expuso de nuevo, fuera ya del museo, en 1980.

Los diez lienzos pintados al óleo de 200 x 100 cm cada uno que forman este gran friso narrativo reinterpretan, en un nuevo contexto netamente perteneciente al universo creativo de Ibarrola, algunos de los motivos icónicos de la obra de Picasso: el soldado muerto, la cabeza del caballo herido o la mujer con un niño en brazos.

Junto a ellos, aparecen elementos formales característicos de la producción de Ibarrola de esos años, como son las tramas geométricas de líneas rectas entrecruzadas que recorren y organizan la composición. Con esta metáfora visual del “enrejado” denunciaba Ibarrola la falta de libertades y el clima de opresión de la dictadura franquista. En la mitad derecha de este gran friso de atmósfera siniestra, el pintor sitúa escenas protagonizadas por masas indiferenciadas de manifestantes y de fuerzas del orden público.

La emblemática paleta de blancos, grises y negros que Picasso utilizó en su Guernica se ve alterada únicamente por las manchas de rojo sanguinolento con las que Ibarrola tiñe y perfora contados elementos de su cuadro.

Además de homenaje al Guernica de Picasso, el mural de Ibarrola fue también la contribución del pintor vasco al movimiento ciudadano que, a partir de 1977 -momento en el que, recuperada la democracia, parecía posible que el cuadro abandonara el Museo de Arte Moderno de Nueva York con rumbo a España-, comenzó a reclamar su depósito en alguna institución vasca. Ibarrola compartía esta reivindicación con un grupo de artistas e intelectuales que demandaba el cuadro con el fin de trasladarlo a un nuevo museo que para ello habría de construirse en la localidad vizcaína de Gernika. El movimiento se agrupó bajo el lema “Guernica Gernikara” y generó numerosas iniciativas hasta que el cuadro fue instalado en el Casón del Buen Retiro de Madrid en 1981. En este contexto, el Museo de Bellas Artes de Bilbao se postuló como posible sede de acogida, tal y como dan cuenta los documentos que ahora se exponen.

Junto a la obra se exponen otras dos pinturas al óleo de idénticas dimensiones (190 x 100 cm), realizadas por Ibarrola hacia 1973-1979 y que han sido recientemente donadas por el artista. Ambas formaron parte del montaje de 1979 en la sala Gris del museo. Con el mural, estas dos pinturas son ejemplo de la importante investigación plástica y espacial desarrollada por Ibarrola en esos años en paralelo a sus trabajos de carácter social.

En la exposición se presentan también documentos que se conservan en el archivo y la biblioteca del museo y, en menor medida, en otras colecciones públicas y privadas. El conjunto contextualiza el trasfondo de la creación del Guernica de Ibarrola y la historia del mural antes de su ingreso en la colección del museo. Se trata en su mayor parte de materiales inéditos, o que rara vez se muestran, que ponen ahora a disposición del público una valiosa información para comprender el valor simbólico y testimonial que tuvo el mural entre 1977, año de su creación, y 1980, cuando pudo contemplarse por última vez antes de que el artista decidiera conservarlo en su taller de Kortezubi (Bizkaia).

La selección incluye notas de prensa, actas del Patronato del museo, catálogos de las exposiciones individuales del artista realizadas en Barakaldo, Bilbao, Gernika y Sestao entre los años 1977 y 1981; artículos de las revistas “Cuadernos para el Diálogo”, “Ere” y “Mundo Obrero” y los diarios “Deia” y “La Gaceta del Norte”, entre otros. En ellos se recogen las manifestaciones de Ibarrola en torno al movimiento “Guernica Gernikara” y la disposición del Museo de Bellas Artes de Bilbao para ser la sede provisional del emplazamiento del cuadro de Picasso.

De especial interés es una selección de los planos del anteproyecto museográfico encargado en 1981 por el museo para la instalación del Guernica de Picasso a Equipo de Diseño, S.A., integrado por Juan Ignacio Macua y Pedro García Ramos. Los planos, junto a documentación relacionada, han sido donados al museo por el galerista José de la Mano. Así mismo, un audiovisual recoge imágenes históricas de gran interés relacionadas con la obra de Ibarrola, entre las que destaca las del singular montaje concebido por el pintor para su exposición en la sala Gris del edificio moderno del museo en 1979.