Obra de la semana: Prudencio Irazábal

El trabajo actual de Prudencio Irazábal es el resultado de una larga y minuciosa investigación personal acerca  del papel que el color desempeña sobre una superficie plana como resultado de la sedimentación de capas de pigmentos que interaccionan unas con otras, transmitiendo una vibración cromática a la retina del observador. Irazábal deposita delgadas veladuras de color sobre la superficie horizontal de la pintura. En ocasiones estas veladuras, por su grosor, opacan los pigmentos sobre los que se depositan y en otras, en su delgadez, posibilitan el que color situado detrás no quede completamente oculto. Así, estrato tras estrato, la visión de la superficie pictórica no es la última capa de color, sino la suma de las múltiples veladuras que, desde el fondo, llegan con mayor o menor intensidad hasta el exterior. Maurice Denis a finales del siglo XIX señaló que una pintura no es más que una superficie plana recubierta de colores: Irazábal se ha interesado por la estratigrafía de ese recubrimiento para hacer trabajar al color activamente.