• Entrevista a Lola Durán, comisaria de la exposición La Gran Bóveda de Aldeadávila, de Pablo Serrano

Entrevista a Lola Durán, comisaria de la exposición La Gran Bóveda de Aldeadávila, de Pablo Serrano

"El arte puede ser un paliativo al pesimismo que nos invade"

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  • Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano (Zaragoza)
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  •  Diciembre 2020

La comisaria Lola Durán Úcar recrea, en la exposición La Gran Bóveda de Aldeadávila, la monumental obra del escultor Pablo Serrano que supo armonizar naturaleza y tecnología. Durán siente que ahora más que nunca -con la COVID-19 haciendo estragos- la creación artística se hace necesaria, porque el arte puede calmar el desánimo generalizado. Y con este afán afronta la muestra, para que el visitante contemple el compromiso del autor con el hombre, su existencia y sus circunstancias.

Lola Durán Úcar (Zaragoza, 1965), comisaria de la exposición La gran bóveda de Aldeadávila, de Pablo Serrano, artista presente en la colección Iberdrola, es una apasionada de este escultor y experta en su figura. Es autora del Catálogo Razonado del escultor Pablo Serrano (2017). De él destaca su eterna sensibilidad y su estrecha unión con el desarrollo del contexto histórico que le tocó vivir (1908-1985), tanto político como social. Ya que, en su trayectoria vital hay siempre un elemento constante: su preocupación social y humanística. A continuación, repasamos con ella la oferta de la muestra (que complementa la exposición "Serrano en la esfera pública") y conocemos su opinión sobre cómo el arte es necesario para apaciguar los envites de la pandemia.

¿Cómo surge el proyecto de exposición de La Gran Bóveda de Aldeadávila y por qué se interesó por él?

Siempre me ha interesado la escultura y especialmente Pablo Serrano. Cuando estudiaba su obra en la esfera pública, el conjunto de la Gran Bóveda de Aldeadávila fue uno de los que más me impactó. Fue entonces, hace ya muchos años, cuando empecé a dar forma a la idea de intentar reconstruir este proyecto. Tras mucho esfuerzo -y por casualidades y fortuna- en este momento se ha logrado. Gracias a la colaboración entre Iberdrola y el Gobierno de Aragón, la exposición puede visitarse en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano de Zaragoza. El proyecto ya es real.

La Gran Bóveda consiguió aunar en un mismo lugar la vanguardia tecnológica del momento con la vanguardia artística, ¿es la fusión entre naturaleza y tecnología el gran hito de la obra?

Lo que yo más destacaría es la manera tan aparentemente natural con la que Serrano integra la huella humana en el paisaje. Hay que pensar que la embocadura del túnel está en el cañón del río Duero, entre paredes de granito con una altura de unos 500 metros, por las que discurre el agua entre los cantiles verticales; un paisaje de una majestuosidad impresionante.

Serrano logra un encuentro armónico entre la naturaleza -la montaña escarpada, los tolmos y berruecos- y la simplicidad del paño liso de hormigón que construye. Una fusión equilibrada y técnica. Con la eterna sensibilidad del artista. También con la sensibilidad de una empresa hacia la estética creativa.

"Destaco la manera aparentemente tan natural con la que Serrano integra la huella humana en el paisaje"

Francisco Hurtado de Saracho propuso la creación de un proyecto artístico para la desembocadura del túnel y el concurso lo ganó Pablo Serrano, ¿qué cree que fue lo que le llevó a ser el elegido?

Pablo Serrano era un escultor que empezaba a tener reconocimiento entre la crítica especializada. Llegado de Uruguay en 1955, había expuesto de forma individual en el Ateneo de Madrid en 1957, y ese mismo año funda junto a otros artistas el Grupo El Paso, que renovará el arte español de posguerra. Estamos en una España que despertaba a los sentidos, y los artistas eran embajadores de la creatividad nacional. Serrano participa en grandes muestras internacionales que consolidan su fama, como New Spanish painting and sculpture, en el Museum of Modern Art de Nueva York en 1960. Vuelve al año siguiente a Estados Unidos a exponer en el Carnegie Institute de Pittsburgh; expone en el Musée Rodin de París en 1961 y en la galería Marlborough de Londres. Y como colofón, en 1962 ocupa el Pabellón Español en la XXXI Biennale di Venezia como invitado de honor.

Para mí, es la sensibilidad de la escultura de Serrano y su fama que se empieza a consolidar, lo que hace que Iberduero, empresa innovadora y con gran capacidad anticipatoria, se fije en él. Además, la solución que Serrano propone para la entrada es perfecta: vanguardista, sobria, respetuosa e integrada en el entorno.

El montaje de la Gran Bóveda de Aldeadávila es una obra de impresionante magnitud. En la exposición esta inmensidad se refleja a través de fotografías, documentos -e incluso algunas esculturas cedidas por la Colección de Arte Iberdrola- ¿Ha sido ese el principal reto de la exposición?

El reto ha sido mostrar la intervención escultórica de Serrano en Aldeadávila, tanto el aspecto artístico como el histórico. Para ello se ha recreado la Gran Bóveda y se han colocado ante ella algunas de las esculturas realizadas por Serrano para ese espacio, y que pertenecen a la Colección de Arte Iberdrola. Por añadidura, a través de una amplia sección documental, se muestra al público los prolegómenos de los trabajos y el propio desarrollo de la obra, que constituye un relato con interés intrínseco.

Preséntenos el conjunto escultórico cedido por la Colección de Arte Iberdrola, ¿son esas piezas de granito imprescindibles para comprender la magnitud de la Gran Bóveda?

Las esculturas de granito de la Colección de Iberdrola son un conjunto de obras monumentales, que son fundamentales dentro de la exposición. Es contemplando las esculturas cuando apreciamos el sentimiento, la emoción que infunde Serrano a los bloques de granito. La rugosidad del material, las líneas rectas, los estudiados vacíos, cargados de sugerencias, es lo que provoca la emoción del espectador, la vivencia artística.

También, cuando contemplamos las obras en directo, que resultan gigantescas, y vemos en las fotografías el espacio que ocupan proporcionalmente dentro del proyecto, que es mínimo, nos hacemos idea de la grandiosidad de la Gran Bóveda.

"La solución que Serrano propone para la entrada es perfecta: vanguardista, sobria, respetuosa e integrada en el entorno"

¿Qué relación guardan las Bóvedas para el Hombre de Pablo Serrano con La Gran Bóveda de Aldeadávila?

Las Bóvedas para el hombre representan la definitiva humanización del trabajo de Serrano, donde pone de relieve su compromiso con el hombre, su existencia, sus circunstancias. Son esculturas de formas irregulares, a veces con huellas de ladrillo, y que se ofrecen como concavidad de amparo de un hombre expuesto al mundo sin protección; serían una metáfora de refugio.

Hacía pocos años, en 1960, el escultor se había hecho una fotografía a la entrada de una cueva -En la cueva o con la estrella era su título- donde reflexionaba una vez más sobre la relación del hombre con la tierra, en un ejercicio espiritual de vislumbrar las raíces del alma humana. Ahora debía pensar la entrada a una gigante obra hidráulica, para acceder a la planta de operaciones donde emergen las excitatrices de los alternadores.

El mismo artista frente a la cueva, ahora frente a la boca de la central.

Teniendo en cuenta que esta exposición complementa a la ya inaugurada Serrano en la esfera pública, ¿nos permite La Gran Bóveda de Aldeadávila conocer aún mejor al artista?

Sin duda, nos ayuda a conocerle mejor. Las intervenciones en la esfera pública es una parte muy importante del trabajo de Pablo Serrano, al que le gustaba intervenir y “conquistar el espacio”, de modo que la escultura se integre y nos haga percibir y sentir el espacio de otra manera. Por otro lado, le seduce crear esculturas que puedan ser observadas y disfrutadas por paseantes, gente anónima que habitualmente no visita un museo o una galería de arte.

Como especialista en el artista y su obra -hizo una tesis sobre su trayectoria-, háblenos del arte de vanguardia de Pablo Serrano. ¿Qué destacaría del artista? ¿Con qué tres palabras definiría su obra?

Lo que pondría de relieve es que la evolución de la vida, las reflexiones y la obra de Pablo Serrano, están en estrecha unión con el desarrollo del contexto histórico que le toca vivir, tanto político como social. Y que en su trayectoria vital hay un elemento constante, que es su preocupación social y humanística.

Aunque las vías de desarrollo, tanto conceptuales como formales, varían a lo largo de su trayectoria, el artista buscó siempre cumplir con un servicio a la humanidad, algo que él identificaba con el reflejo del ser humano en su escultura, con una búsqueda de la intercomunicación humana a través de las formas.

Definiría su obra con estas palabras: vanguardia y compromiso.

"Nunca como hasta ahora la humanidad ha estado necesitada de compañía de los otros, o de luces que alumbren nuestras sombras"

¿Qué lugar ocupa Pablo Serrano en el arte contemporáneo español?

Es imprescindible para comprender la escultura española del siglo XX.

La pandemia mundial de la COVID-19 está afectando a todos los sectores, y el sector de la cultura y el arte es uno de los más golpeados, en ese sentido, ¿cómo ve la situación actual y el futuro: con optimismo o con pesimismo?

Por desgracia, las consecuencias de esta pandemia son todavía impredecibles, porque esto no ha acabado. Sabemos que la cultura está siendo unos de los sectores más castigados y por eso mismo habría que prestarle especial atención.

En mi humilde opinión, el arte puede ser un paliativo al pesimismo que nos invade. Ante tanto horror y sufrimiento social, la creación artística (y todas sus derivadas) se hace todavía más necesaria, por su belleza y su feliz evocación. Siguiendo a Pablo Serrano, la cultura es también compromiso y nunca como hasta ahora la humanidad ha estado necesitada de la compañía de los otros, o de luces que alumbren nuestras sombras. Y qué mejor que el arte para responder a esos requerimientos.